El narrador brasileño Joao Guimaraes Rosa afirmó: 
El escritor debe ser un alquimista. Por supuesto, puede explotar en el aire. La alquimia del escritor necesita de la sangre del corazón. Para ser brujo de la palabra y estudiar la alquimia de la sangre del corazón, hay que provenir del Sertón. Llevo el Sertón dentro de mí y el mundo en el que vivo es también el Sertón. Goethe nació en el Sertón, así como Dostoyvski, Balzac; él era un moralista, vivía con el idioma y pensaba en la infinitud. Era un sertanejo. Todo escritor debe resignarse a que lo entiendan mal, equivocada o malévolamente. Quienes interpreten de que me declare partidario de la forma de pensar y sentir del Sertón como un nacionalismo mezquino, serían unos idiotas y probarían que no entendieron mis libros. Como escritor no puedo seguir la receta de Hollywood, según la cual hay que situarse siempre en el límite más bajo del entendimiento.

Extraído del dossiers de Francisco Madariaga, POETA CORRENTINO.

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