La sierva de mi Señor dice
-Encarna tu rojo anzuelo con uno de mis pezones,
-Encarna tu rojo anzuelo con uno de mis pezones,
señor de la sucia aristocracia; cretino, inculto lector de las malas traducciones
de Flaubert.
Coloca tu cuerpo de cuclillas y sopla el alfombrado, ha caído
cenizas de mi cigarro, siervo de tu señora...¿qué esperas??
Porque yo lo digo limpia con tu lengua la ardiente brasa diamantina
que va goteando al succionar mi tabaco inglés que perfuma las axilas
y emputece...-
- Cuando me quite el antifaz , el collar de cuero anfibio
se cerrará bajo tus pechos imperiales.
Con resoplos de caballo árabe voy a encarnar mi anzuelo
delicado y larguísimo
hasta que grites, mi señora.-
penetre en lo mas profundo de mi noche estremecida...
perra de diez lenguas,
bendita malnacida.-
Espiar a mis señores
llena
de
estupor.
(Ellos lo saben)
A tua escrita parece lava de vulcão nada fica na mesma por onde passa Beijos.
ResponderEliminarBeijos!!! Grax, Rebelde.
ResponderEliminarSoy ICARIA sonajeando...
ResponderEliminarBeijos és muito forte com os teus blogs Gosto muito.
ResponderEliminarMi señora sierva de su señor... qué vida la de la aristocracia, no? Y usted, con sus letras de fuego quemando cualquier indicio de dolor.
ResponderEliminar=) Besines!
letras de fuego! mmmm, prohibidas? naaaaa! Un abrazo alado.
ResponderEliminarun osario son sus decires a su señor!!
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