Los ojos


No sé quienes eran... Sólo recuerdo un rumor de hojas bajo los pies,
siluetas de luna sobre ultramar
y ciertas palabras que mi boca repite para sentir cada vez
mas
y mas
ese gusto a canela y manantial de la infancia.
Y si
los ojos escuchan mas allá de la vista,
miran mas allá de los oídos...
Benditos sentidos que han sobrevivido al 'sepulturero de Jack'
y desconocen las tripas por el suelo,
la sangre derramada,
el sagrado olor del sexo en marea alta,
el nombre del sexo murmurado por lo bajo
en la soledad de un lugar que tampoco reconozco.
'Desmemoria'. Alicia Benítez Inés.

Nadie mas


Nadie más volverá a este lugar que yo llamo vientre,
aqui donde la noche desgarra lentos carruajes de plumones ,
donde el beso es gratis
la pena es pena y no 120 pesos de psicoanálisis...
Mas nadie volverá aquí: arrojé mis candados al futuro
de donde ni Teseo vuelve libre de culpas.
Ya no seremos la aurora que conociste
no dormirás en este lugar que la gente simple llama 'panza'.
Solo gorjeos de alas
agitan en la noche
el paso de furtivas criaturas extrañas...
ALICIA.

Tanto despacho, tanta partitura...

Le has dicho que su piel podría inspirarle más de un poema o alguna partitura interesante, pero de solo pensar que 'afuera' los hombres han convertido a Santa Juana en una marca de yerbamate, y a la gran Catalina en alguna salsa enlatada de tomates... en fin, como por arte de consumismo, se le fueron las ganas.
Yo en cambio estoy con otra piel que nada sabe de industrializaciones malsanas,
y si bien tampoco será posible un poema o alguna canción;
inspiro lo que tu sobretodo negro impecable y tu perfume de moda
jamás percibirían en mil y una noches...
Pobre querido: Tanta tintorería y despachos leguleyos, te pusieron la piel lejos de los sentidos
(Y ya es tarde.)

La noche duplicada


Anunciaban un sismo de magnitudes enormes
y todo el pueblo buscó refugio después que las aves...

No sabían que las alas imbricadas de mi sangre
seguirían tu búsqueda;
a pesar del cataclismo
que fué a sacudir un plumaje de truenos,

cuando tu boca mordió mi carne
en la noche duplicada de cálices.


ALICIA.

como si lo hiciéramos a escondidas...

Los dioses que fundaron el mundo son irracionales y no se parecen a nosotros, amor.




Por éso este pez de oro que anida en tu pecho


me pone absorta como si fuera la primera vez que lo hicieramos a escondidas...





Recuerda que bebimos de sus estambres hasta el vértigo y la extenuación


cuando la sed de desierto
anegaba la lluvia con que el deseo abrumaba de cardúmenes brillantes





como aquella noche en Saigón.





(Y luego nos dicen que somos inmortales.)





*Alicia Benítez Inés-

escama


En esta tierra no hay manjares
para mi paladar de hielo candente...

Desquíciame.

Huronea mi silencio

sabete rojo

suave partícula que no soportará otro invierno;

aqui donde los seres desconocen

la feroz escama de los sueños.
ALICIA.

A un necio


¿Para qué morirse de ganas de abofetear a un necio
si tampoco sentirá el impacto
como no sintió la palabra hablada, susurrada, sibilada, amortajada... silenciada?
¿Para qué?
Si algo hay de inútil para un necio, son las señales de otro ser, desde alguna orilla, que él siempre juzgará 'opuesta'.
Y no hay pena, todo está bien... La huella de los proyectiles sanarán como sanaron otras
y otras
y otras.

Los pies



Me puse a descansar bien los pies pensando que no deseo en mi vida mas que a quienes aprendieron a escuchar, a mirar, a modular las palabras como fados, en fin... ningún oficio extravagante. Solamente seres Humanos...

(Suena fácil.)

La llave mas honda

EL CUERPO HUMANO PASÓ A SER UN LABERINTO DONDE EL SER EXTRAVIABA SU

HISTORIA Y AHOGABA SU HISTERIA...

ESO PREOCUPÓ A LOS HOMBRES DE NEGRO.

CUANDO UN NECESITADO DE TODO BUSCÓ LA ENTRADA



YA ERA TARDE PARA LA HUMANIDAD ENTERA:












LA LLAVE DE LOS LABERINTOS HABÍA SIDO ARROJADA AL MAR DE LOS SARGAZOS,

PARA QUE LOS HUMANOS PUDIERAN VOLVER A PENSAR EN EL MUNDO.

¿Y si dios fuera mujer...?


Si dios fuera mujer, como dijo Benedetti,
otra sería la historia.

Los reptiles de Komodo no correrían riesgo de pieza de museo,
los números cerrarían en la cocina y en 'la bolsa'...

Los rituales del amor serían para regocijo de pobres y ausentes
además de ser coto de caza de chanchos burgueses.

La vida andaría por todas partes dando coces de sirena enamorada,
se rendirían honores a la sangre, los frutos frescos, las canciones de Sabina y las manos en las manos.

Si dios fuera mujer

las cristas y las cristos del mundo, hoy, no seguirían con clavos en las cruces
esperando que nosotros resucitemos para hermanarnos.


ALICIA BENÍTEZ INÉS.-

Un espíritu cojo


Por qué no nos irrita un cojo, y un espíritu que cojea nos irrita? Porque un cojo reconoce que nosotros marchamos en línea recta, y un espíritu que cojea dice que somos nosotros los que cojeamos; si no fuera por esto, sentiríamos compasión por él y no cólera.

(Blaise Pascal)


*Recorriendo agónica y placentera los imperios de Agnosia Ideacional se me apareció este pensamiento de Pascal que me retrotrajo a épocas remotas, cuando anotaba en un viejo cuaderno, con lápiz grafito, frases que son más que éso.
A la foto me la regaló mi Amiga Maby.-
(Siento que hoy estuve al borde del delito confeso)

EL BARBARO AMOR






Desde que me sale esta sustancia de la punta de los dedos



voy cerrando las puertas a la barbarie



de quien se dice Teseo



y no cree en los minotauros.





A la barbarie de quien se dice Ariadna



y el hilo que ofrece va impregnado de curare,



de quien se dice Fedra



y la traición es su plato diario.



(Los médicos dicen que es sangre por su color y su olor al contacto con el aire.)

Es dulce y atrae como jugo de lúcuma.



Lo cierto es que ahora comprendo a la serpiente dE Eurídice
a la ciudad prohibida
a Genghis Kan
y a tantas bárbaras criaturas


que jamás supieron que el amor es esa puerta

que se cierra ni bien abrimos los ojos al destello

que inocentes

habíamos inventado...


mientras nos quitamos una a una

las finas agujas de la punta de los dedos

por donde fluye esta sustancia roja que nos hace cerrar las puertas

a la capa enroscada en el puñal sin cara

que gira hacia nuestra espalda

cuando el bárbaro amor aprieta sus bisagras.

ALICIA BENÍTEZ INÉS.
De la Serie 'El bárbaro amor'.



47 azotes


Y vino el angel vendado de trapos con vinagre
ofreciéndome 47 azotes generosos
para exculparme definitivamente ante no sé quien...
por haberme metido en 'camisa de once varas'
toda la vida.
- ¿Quién te hizo el traje de lutos impolutos?- pregunté para
darme tiempo...
(Siempre supe que mi centro del placer estaba pegado por tegumentos finos, a mi área del dolor. Me lo había enseñado un oscuro profesor de tercer año.)
Cuando iba a responderle
se alejó reptando y ví sus cicatrices caudales
brillando con la luz de la marea alta.
ALICIA BENÍTEZ INÉS.-