Sé triste, Altazor

Sé triste tal cual las gacelas ante el infinito y los meteoros,


tal cual los desiertos sin mirajes.


Hasta la llegada de una boca hinchada de besos para la vendimia del destierro.


Sé triste, pues ella te espera en un rincón de este año que pasa.


Está quizá al extremo de tu canción próxima y será bella como la cascada en libertad y rica como la línea ecuatorial.


Sé triste, más triste que la rosa, la bella jaula de nuestras miradas y de las abejas sin experiencia.


La vida es un viaje en paracaídas y no lo que tú quieres creer.


Vamos cayendo, cayendo de nuestro cenit a nuestro nadir y dejamos


el aire manchado de sangre para que se envenenen los que vengan mañana a respirarlo.


Adentro de ti mismo, fuera de ti mismo, caerás del cenit al nadir


porque ése es tu destino, tu miserable destino.


Y mientras de más alto caigas, más alto será el rebote,


más larga tu duración en la memoria de la piedra. Hemos saltado del vientre de nuestra madre


o del borde de una estrella y vamos cayendo.

 
*Frag, de PREFACIO de ALTAZOR. Vicente Huidobro.-

Francisco Madariaga

A UN RESPLANDOR




Estuvo aquí, y resuena. Con orgullo

le contaré a mis nietos

que desde muy pequeño yo fui amigo

del poeta Francisco Madariaga.



(6-8-1980)





Palabras de Juan A. Vasco

...salido de los elementos (...) brotado de Corrientes como un ojo de agua".





..."Cuando su poesía hace recordar el lenguaje de la corriente de André Breton, no es por ánimo preconcebido, sino porque la palabra surge de él como rugido de jaguar, rumor de lluvia, vuelo de pájaro."...





Raúl Gustavo Aguirre acerca de los primeros libros de Madariaga

"...la coherencia de una pasión salvaje que desliga las palabras de sus relaciones habituales para someterlas a un nuevo y sorprendente sentido”.



Palabras de Oscar Portela



"Junto a Ayme Cesaire, Francisco Madariaga el Argentino Correntino, es uno de los más poderosos poetas de la poesía moderna"








Viajar viajar


Creo que viajar no vale la pena si uno no lleva consigo su vida. Es algo que estoy confirmando a mis expensas durante estos días melancólicos en París.

Es paradójico, pero un viaje se soporta sólo si es insignificante, si no cuenta, si no deja huella. Uno viaja, se va al otro lado del mundo, pero deja su vida en casa, guardada y lista para recuperarla a la vuelta.

Salvo que cuando uno está lejos se pregunta si por casualidad no habrá traído su vida consigo, sin querer, y allá no habrá quedado nada.


Basta con la duda para crear un miedo atroz, insoportable, sobre todo porque es un miedo a nada, una melancolía.


Frag de la novela de César Aira La costurera y el viento. (Arg)

Volverse loca.


Loca ya, a Delia Siffoni la desaparición de su único hijo la volvió loca. Entró en un frenesí. Espectáculo prodigioso, postal perenne, cine trascendental, escena de las escenas: ver a una loca volverse loca.

Es como ver a Dios. La historia de estas últimas décadas ha hecho más y más rara esa ocasión.

Aunque fui testigo, no me atrevería a intentar una descripción. Me remito al juicio del barrio; en él, la última palabra la tenían los miembros del mismo sexo que el enjuiciado.


Los hombres se hacían cargo de los hombres, las mujeres de las mujeres. Mi mamá era entusiasta partidaria de la desesperación, tratándose de los hijos. Según ella, no quedaba otra cosa: aullar, perder la cabeza, hacer escenas.

Nunca tuvo que hacerlas, por suerte; tenía sangre alemana, era en extremo discreta y reservada, no sé cómo se las habría arreglado. Cualquier otra cosa equivalía a ser "tranquila", lo que en su idioma alusivo, pero muy preciso, significaba no amar a su prole. Más allá de la desesperación no veía nada. Después sí vio, vio demasiado, cuando nuestra felicidad se hizo pedazos; pero en aquel entonces era muy estricta: la escena, el telón del grito, y atrás nada.


En realidad, ni a ella ni a ninguna de sus conocidas le había sido necesario nunca volverse locas de angustia; la vida era muy poco novelesca entonces... La locura de una madre sólo podía desencadenarla, hipotéticamente, algún accidente horrendo que les pasara a los hijos.



A nosotros los chicos, libres y salvajes, nos pasaba de todo, pero no lo definitivamente horrendo. No nos perdíamos, no desaparecíamos... ¿Cómo perderse en un pueblito en el que todos se conocían, y casi todos estaban más o menos emparentados?
Extraviar un hijo sólo podía pasar en laberintos que no existían entre nosotros.

***Frag de la novela de César Aira, 'La costurera y el viento'.

este abrigo

Fortines de sed








Allí donde mi vientre se bifurca


lavanta fortines de sed tu espuma trágica.


Sé que te cerca de atroz desierto de olvidarme,


la diáspora de besos que te he dado


persigue tenazmente


en este rito demencial al que me arrastras...






(vandálico mariscal de los pecados)






Bajo este abrigo que pretendes diseñarme



con un sentimiento vanal que no existe:


ya no quedan artificios que oponer a tu arrogancia;


ay, este simulacro que tan mal finges.






Y la pasión es tanta


tanta...



Alicia Benítez Inés-


De: Veinte voces destacadas de la poesía argentina. Tomo 2. Edit. Nueva Generación.
LA VIRGEN DE HIERRO


...parmi les rires rouges

des lévres luiantes et les gestes

monstrueux des femmes mécaniques.

R. DAUMAL



Había en Nüremberg un famoso autómata llamado la "Virgen de Hierro". La condesa Báthory adquirió una réplica para la sala de torturas de su castillo de Csejthe. Esta dama metálica era del tamaño y del color de la criatura humana. Desnuda, maquillada, enjoyada, con rubios cabellos que llegaban al suelo, un mecanismo permitía que sus labios se abrieran en una sonrisa, que los ojos se movieran. La condesa, sentada en su trono, contempla. Para que la "Virgen" entre en acción es preciso tocar algunas piedras preciosas de su collar. Responde inmediatamente con horribles sonidos mecánicos y muy lentamente alza los blancos brazos para que se cierren en perfecto abrazo sobre lo que esté cerca de ella --en este caso una muchacha. La autómata la abraza y ya nadie podrá desanudar el cuerpo vivo del cuerpo de hierro, ambos iguales en belleza. De pronto, los senos maquillados de la dama de hierro se abren y aparecen cinco puñales que atraviesan a su viviente compañera de largos cabellos sueltos como los suyos. Ya consumado el sacrificio, se toca otra piedra del collar: los brazos caen, la sonrisa se cierra así como los ojos, y la asesina vuelve a ser la "Virgen" inmóvil en su féretro.

De 'La condesa sangrienta'
Alejandra Pizarnik.

EL ARTE


EL ARTE ES UN ALTAR SACRIFICIAL DONDE DUELEN HASTA LOS HUESOS

PERO ARDEN

PERO SEGREGAN

PERO SEDUCEN




PERO NO MUEREN POR LA SOLEDAD CONGÉNTICA QUE LA VIDA NOS OBSEQUIA

EN SU PLATITO DORADO DE CUNAS Y BIENVENIDAS

EN SU CUCHILLO DE COCINA


EN SU SAHUMERIO ENVENENADO.

Y CUANDO GIRA Y NOS OLVIDA, VIENE EL ARTE CON SU MOCHILA DE FÁBULAS



A DECIRNOS 'PINTAME'

'ESCRIBIME'

'CANTAME'. 'SILVAME'. 'SANGRAME'. 'PROSTITUIME'.



Y ES LA VUELTA DE LA ESQUINA QUE NOS SALVA UNA VEZ MÁS


Y HASTA CUÁNDO...

Preguntitas de Galeano

¿Cuántas veces he sido un dictador?

¿Cuántas veces un inquisidor, un censor, un carcelero?
¿Cuántas veces he prohibido a quienes mas quería, la libertad y la palabra?

¿De cuántas personas me he sentido dueño? ¿A cuántas he condenado porque cometieron el delito de no ser yo?

¿No es la propiedad privada de las personas mas repugnante que la propiedad de las cosas?
¿A cuánta gente usé, yo que me creía al margen de la sociedad de consumo?

¿No he deseado o celebrado, secretamente, la derrota de otros, yo que en voz alta, me cagaba en el valor del éxito?

¿Quién no reproduce, dentro de sí, al mundo que lo genera?
¿Quién está a salvo de confundir a su hermano con un rival y a la mujer que ama con la propia sombra?

EDUARDO GALEANO. 'Días y noches de amor y de guerra'.-

Sadomas 1

Espiar a mis 'Señores' es delicioso:
La sierva de mi Señor dice 
-Encarna tu rojo anzuelo con uno de mis pezones,
señor de la sucia aristocracia; cretino, inculto lector de las malas traducciones
de Flaubert.


Coloca tu cuerpo de cuclillas y sopla el alfombrado, ha caído
cenizas de mi cigarro, siervo de tu señora...¿qué esperas??



Porque yo lo digo limpia con tu lengua la ardiente brasa diamantina
que va goteando al succionar mi tabaco inglés que perfuma las axilas
y emputece...-


El siervo de mi 'Señora' dice:


- Cuando me quite el antifaz , el collar de cuero anfibio


se cerrará bajo tus pechos imperiales.


Con resoplos de caballo árabe voy a encarnar mi anzuelo


delicado y larguísimo
hasta que grites, mi señora.-


-Ay, que tu latiguillo perfumado de almizcle
penetre en lo mas profundo de mi  noche estremecida...
perra de diez lenguas,
bendita malnacida.-

Espiar a mis señores 
llena
de 
estupor.

(Ellos lo saben)






Otros bosques


Dicen que un día moriré en este cuerpo donde he amado y he dormido vestida de huerta.







Otros bosques esperarán mis raíces de pantano.














Interminables galerías de arcángeles bestiales






me abrirán ventanas agudas














con el gesto de ciertas aves monásticas...














Algunos vecinos notarán mi ausencia.














(Yo intentaré decirles algo al oído






pero mi voz no llegaría tan cerca...)







Alicia Benítez Inés. De Veinte voces destacadas de la Poesía Argentina. Tomo ll. Edit Nueva Generación, Buenos Aires, 2000.