Soplan Oboes de viento y compases frenéticos.
Yo miraba tus pies por no caer en la hipnosis que envolvía tu aroma de guayabas y palmerales
Y a pesar de todo
mis ojos no pudieron con su 'karma' de vigías insaciables.
Tu boca fué la trampa preanunciada:
me habías silenciado la pregunta aquella tarde cuando el sol pintaba de dorado
las manos y los pasos...
pero supe la respuesta cuando de pié ante mi sangre
dijiste -Salve, Señora de la noche-
Y la danza iniciática rompió los diques.
abrió los ventanales,
arrojó sobre la cama
los restos del naufragio.
La Sonaja.
Que dulce sabor el de los Oboes a destiempo...
ResponderEliminarQue bueno verte otra vez por estos pagos, amiga Icaria...
besos!!!
de veras que el tiempo de los Oboes es el invierno, verdad?
ResponderEliminarhttp://lamesombras.blogspot.com
ResponderEliminarmmmm olor a guayabas... en isla de pascua comí algunas... muy ricas y sabrosas :D
ResponderEliminarCariños madre! cuidese
HOLA, HIJA MIA...NUNCA PROBÉ GUAYABAS, PERO EN MIS SENTIDOS ESTÁN... CUIDESEME, POETA DE MEDIANOCHE!
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