Viajar viajar


Creo que viajar no vale la pena si uno no lleva consigo su vida. Es algo que estoy confirmando a mis expensas durante estos días melancólicos en París.

Es paradójico, pero un viaje se soporta sólo si es insignificante, si no cuenta, si no deja huella. Uno viaja, se va al otro lado del mundo, pero deja su vida en casa, guardada y lista para recuperarla a la vuelta.

Salvo que cuando uno está lejos se pregunta si por casualidad no habrá traído su vida consigo, sin querer, y allá no habrá quedado nada.


Basta con la duda para crear un miedo atroz, insoportable, sobre todo porque es un miedo a nada, una melancolía.


Frag de la novela de César Aira La costurera y el viento. (Arg)

2 comentarios:

  1. La verdad es que tiene razón. La insignifcancia de ciertos viajes, hacen de estos un momento feliz y esperanzador. Si llevaramos nuestra vida en cada viaje, creo que sería algo por lo menos angustiante... y habría en el recuerdo, una huella imborrable de "pude haberla pasado mejor"
    Besines madre!

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  2. No se puede llevar las mochilas cuando una va de viaje... las mochilas son para los armarios, donde las cosas se ordenan y desordenan... Besines, Hija!!!

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